“En esta vida todo está enlazado….Mis primeros clientes fueron unos americanos”.
— Julio César Espinosa
El taller de cerámica de Julio comenzó como un sueño hace 15 años.
Julio es egresado del TEC de Monterrey de la carrera de Ingeniería industrial y casi por terminar sus estudios tuvo la oportunidad de irse a Estados Unidos para hacer su pasantía y trabajar en diversos lugares para sustentar sus gastos.
Estar en EUA le cambió el chip. Regresó a México y quiso emprender desde cero. Empezó haciendo alcancías de puerquito de cerámica y las iba a vender a eventos de venta de distintos municipios de Guanajuato. Todo comenzó con un pequeño hornito afuera de la bodega de su padre. Julio compraba su pasta, sacaba sus cochinitos del horno y buscaba venderlos en ferias.
“En esta vida todo está enlazado….Mis primeros clientes fueron unos americanos”.
— Julio César Espinosa
En alguna ocasión participó en una expo y consiguió un par de clientes importantes de EUA que radicaban en San Miguel de Allende y venían de Nueva York; con ellos empezó a maquilar antorchas para citronela y macetas de varios tipos. Julio les vendió muchísimas piezas.
Desafortunadamente sus clientes fueron secuestrados y decidieron vender su compañía; Julio había perdido a sus mejores clientes y tuvo que seguir en al búsqueda de nuevos y buenos clientes.
“Gracias a la calidad, al esfuerzo y al trabajo que hemos tenido, hemos ido posicionando nuestro trabajo, ahora trabajamos para muchas empresas importantes, tiendas de prestigio y muchos restauranteros en Estados Unidos.”
— Julio César Espinosa
Julio exporta sus piezas además a Canadá, a Colombia, Francia, España, Rusia, Londres… varios países.
Con su primer cliente Julio no cobró todas las muestras que hizo; y justo cuando se estaba desmotivando, el cliente le hizo un muy buen pedido.
Julio no contaba con dinero suficiente para todo el desarrollo y la infraestructura que ese pedido requería.
El cliente le daba los cheques en blanco y Julio los llenaba de acuerdo con lo que él iba planteando que necesitaba con todas las notas como comprobantes.
“Fue algo muy bonito contar con ese apoyo, nunca fallamos en nada. El trabajo que hicimos con él fue algo increíble. Hoy en día trabajamos esas antorchas para otro cliente en Miami. Fueron un éxito esas piezas”.
— Julio César Espinosa
Desde que era niño, a Julio le gustaba hacer cosas de papel, armar carritos de madera y demás cosas artísticas. ´Su padre trabajaba en la ingeniería de las máquinas para una azulejera importante, les daba mantenimiento y las arreglaba y julio le aprendió un poco a eso, pero en realidad, lo que a él le apasiona es la cerámica y la creación de piezas nuevas.
Para Julio, la cerámica es algo mágico. El ver cómo cada polvo tiene un fin en la fórmula, saber que son tierras y que tienen la capacidad de fundirse y generar algo totalmente distinto a su origen es algo que le apasiona.
Julio trae parte creativa y artística en la sangre y también ha aprendido mucho de ello por las ideas de sus clientes, pero el conocimiento de su carrera le ha permitido dominar la parte de los procesos, la organización y las metodologías en su taller.
“Llegar al taller temprano y abrir un horno, para mí es como si hubieran llegado los Reyes. Es esperar con ansias y saber cómo van a salir las piezas”.
— Julio César Espinosa
Productos en los que colabora Julio César